La humanidad está pasando por la transformación más grande de todos los tiempos. Los viejos sistemas se van derrumbando, los antiguos condicionamientos pierden su sentido, y tenemos que crear entre todos un mundo nuevo. Pero para crear lo nuevo, es necesario dejar partir lo viejo…
A nivel individual esta transformación toma muchas formas: puede ser que sintamos la necesidad de dedicarnos profesionalmente a otras tareas, más acordes con lo que de verdad deseamos hacer. Pero esto muchas veces supone dejar lo seguro, lo conocido, y nos preguntamos si tendremos el dinero necesario para pagar nuestras cuentas.
O entonces nuestras relaciones personales pasan por crisis, ya sea para que aprendamos a relacionarnos de un nuevo modo, o para desapegarnos de aquellas personas que ya cumplieron una función en nuestras vidas (mi libro El amor de tu vida compartida es una excelente guía para establecer relaciones sanas, y para saber cómo enfrentar las crisis de pareja).
A veces es nuestra salud la que se ve afectada, y también en esta área tenemos que dejar atrás las ideas que nos han inculcado acerca de qué es la «enfermedad», y descubrir el verdadero origen de los síntomas que tenemos, para poder curarnos.
Lo que todos estamos viviendo, a nivel individual y colectivo, no es fácil; no se supone que sea fácil. Pero esto no es excusa para que no sigamos adelante ni para que nos lamentemos, sintiéndonos víctimas por lo que está sucediendo.
Antes de nacer, a nivel del alma, todos elegimos las condiciones en las que querremos volver a nacer; elegimos nuestro futuro país, a nuestros padres, y todas aquellas experiencias que necesitaremos atravesar para evolucionar o seguir creciendo.
Entonces, si has elegido venir a la Tierra en estos tiempos, ¡es porque en realidad eres muy valiente! O al menos tu alma lo es…
Es humano y natural sentir miedo, dolor o incertidumbre. Pero afortunadamente contamos con muchas herramientas para enfrentar y superar todo eso. Y a veces también es necesario pedir ayuda, pues al hacerlo nos estamos cuidando y amando a nosotros mismos.
Darle prioridad a nuestro bienestar y crecimiento ahora es fundamental. Es mucho mejor invertir en tomar una sesión sanadora, por ejemplo, que gastar dinero en nueva ropa.
Ponte en el primer lugar de la lista, cuídate, medita y dedícate a diario a estar en paz, aún en medio de los intensos procesos que quizás estés atravesando.
Recuerda tu fuerza interna, recuerda que eres poderoso y que tú puedes pasar por todo esto, pues has elegido venir aquí para vivir esta gran transformación planetaria. Todos hemos venido en estos tiempos para traer el Cielo a la Tierra. ¡Y aunque no lo parezca, lo estamos consiguiendo!
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