Todos creamos nuestra realidad, consciente o inconscientemente. Lo hacemos con los pensamientos o creencias, y también con las emociones. Dependiendo de lo que pienses y sientas, así será la realidad que crearás para ti.
Como muchas personas no están conscientes de que son ellas mismas quienes crean su realidad, le echan la culpa a factores externos (la familia, los amigos, el jefe, la sociedad, etc.) por las realidades que experimentan y no les gustan.
El primer paso es hacerse responsable: sabes que tú creas tu realidad, y ya no le echas la culpa a nadie, ni esperas que los demás te brinden aquello que tú mismo debes darte.
Entonces te sientes poderoso y también libre, pues puedes cambiar cualquier situación que hayas creado y que no te hace feliz.
Además de las creencias y las emociones, la atención es otro ingrediente fundamental para crear la realidad con consciencia. Pues según una de las Leyes de Atracción, donde pones tu atención aquello crece y aumenta.
Para crear realidades armoniosas, que sean coherentes con lo que de verdad deseamos, es sumamente importante dirigir nuestra mirada a aquello que queremos manifestar o atraer a nuestras vidas.
Si estás en contra de la guerra, habrá más guerras en el mundo. Es mucho más efectivo estar a favor de la Paz. La diferencia puede parecer sutil, pero es inmensa.
Si quieres Abundancia, focaliza tu atención en todo lo que ya tienes, disfrútalo y y agradécelo de corazón, pues las emociones son un poderoso imán para atraer lo que deseamos.
Si te enteras de que ha sucedido algo en tu país que te resulta injusto, puedes tomar alguna acción, como firmar una petición al gobierno, por ejemplo. Pero luego de actuar en favor de lo que quieres que se manifieste, no sigas pensando o hablando de aquella situación. De lo contrario estarás haciendo que ese tipo de situaciones sigan existiendo y propagándose, incluso con mayor fuerza, sobre todo si insistes en expresar abiertamente tu ira, odio o indignación.
Es natural que te sientas así, y puedes expresar esas emociones a solas para libertarte de ellas. Pero una vez que lo hayas hecho, conecta enseguida con algo positivo que también esté ocurriendo en tu país o en el mundo. La vida está llena de buenas noticias, aunque éstas no suelen aparecer en los periódicos o en la televisión.
Lo que vemos en el mundo es apenas el reflejo de lo que sucede en el interior de los seres humanos. Para cambiar el mundo, cada uno de nosotros debe hacer un profundo cambio de consciencia.
Si estás pasando por una situación desafiante, en lugar de poner tu atención en el problema, y sufrir o preocuparte, presta atención a todas las lecciones que aquella circunstancia te está trayendo: quizás puedas desarrollar la paciencia, la fe o tu fortaleza interior.
Toma la decisión de enfocar siempre tu atención en lo bueno, lo bello, lo útil o agradable, para crear la vida que realmente deseas. Así también contribuirás a la creación de un mundo más humano, pacífico y amoroso.
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