Archivo de la etiqueta: curación

Las heridas del alma

Las heridas emocionales son experiencias dolorosas, generalmente de la infancia. A menudo dan forma a tu personalidad adulta, a quién eres y cómo enfrentas la adversidad.

Las cinco heridas emocionales son:

-El miedo al abandono
-El miedo al rechazo
-La humillación
-La traición
-La injusticia

Abandono:

La soledad es el peor enemigo de cualquiera que experimentó el abandono de niño. Las personas que temen la soledad son más propensas a abandonar a sus socios y sus proyectos desde el principio, por temor a ser los abandonados. Las personas con miedo al abandono pueden pensar cosas como «Te dejaré antes de que me dejes», «nadie me apoya, no estoy preparado para apoyar a nadie más», «si te vas, no volverás…»

Las heridas causadas por el abandono no son fáciles de reparar. Pero una vez que comienza el proceso de curación, las personas con estos miedos a menudo experimentan una mejora drástica: su miedo a la soledad desaparece y es reemplazado por un diálogo interno positivo y esperanzador. Si aprenden a amarse a sí mismas, pueden ser su mejor compañía.

Rechazo:

Esta es una herida muy profunda y puede extenderse a sentimientos de rechazo desde adentro; es decir, la sensación de rechazo contamina nuestros pensamientos y sentimientos.

Muchos factores pueden influir en la aparición de este miedo, como el rechazo de los padres, la familia o los compañeros. Genera más pensamientos de rechazo, de ser indeseable, de no tener valor.

Cualquiera que sufra esta dolorosa experiencia siente que no merece afecto y comprensión, y se aísla dentro de su interior vacío, temeroso de ser rechazado. Los que han sido rechazados como niños tienden a convertirse en adultos evasivos. Por lo tanto, tienen que superar sus miedos internalizados y las situaciones que les causan ansiedad.

Si este es el caso para ti, los pasos hacia la curación implican aprender a tomar riesgos y tomar decisiones por ti mismo.

Humillación:

A las personas que fueron humilladas continuamente cuando eran niños se les hace pensar que otras personas nos desaprueban y nos critican. Los padres fomentan este miedo en sus hijos diciéndoles que son «malos» o que son demasiado torpes o pesados, así como cuando expresamos sus problemas frente a otras personas. Todas estas cosas destruyen la autoestima de un niño.

Este miedo a menudo conduce al desarrollo de una personalidad dependiente. Como adultos, aquellos que fueron humillados de niños también podrían ser tiránicos y egoístas como mecanismo de defensa e incluso tienden a humillar a otros como un escudo protector.

Cualquier persona que sufra este tipo de experiencia debe trabajar en su independencia, libertad, prioridades y cómo comprender mejor sus necesidades y temores.

Traición:

Esta es una de las heridas emocionales más comunes. Ocurre cuando las personas cercanas al niño rompen sus promesas, lo que lleva a sentimientos de traición y de haber sido engañados.

Como consecuencia, causa desconfianza que puede generar envidia y otros sentimientos negativos, como no sentirse digno de las promesas y lo que otros tienen para dar.

Experimentar estos problemas durante la infancia lleva a ser controlador  y  a buscar el perfeccionismo en la edad adulta. Son personas que quieren todo sin cabos sueltos, sin dejar nada al azar.

Injusticia:

Los entornos en los que los principales cuidadores del niño son fríos y autoritarios producen sentimientos de injusticia. Estas personalidades exigentes generan sentimientos de impotencia y futilidad, tanto en la infancia como en la edad adulta.

Una consecuencia directa de la injusticia es la rigidez, y estas personas generalmente intentan ser muy importantes y adquirir mucho poder. Además, a menudo se desarrolla un fanatismo por el orden y la perfección, así como la incapacidad de tomar decisiones con certeza.

Las personas que sufrieron injusticias en la infancia deben trabajar para reducir sus niveles de desconfianza y rigidez mental para ser más flexibles y permitirse confiar en los demás.

Conocer y reconocer estas cinco heridas del alma que pueden afectar nuestro bienestar, salud y capacidad para desarrollarnos como personas, nos permite comenzar a sanarlas.

El trabajo con el niño interior es fundamental, y muchas veces también es necesario recurrir a alguna terapia que trabaje a nivel del alma (puedes aprender a sanar a tu niño interior, entre otras muchas cosas, con el Curso en audio «Amándote a ti mismo»).

© 2020– “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

Las distintas etapas en el camino del Despertar

Existen varias realidades o dimensiones, pues el ser humano puede acceder a diferentes niveles o estados de consciencia. Según el nivel en el que nos encontremos, irradiamos una determinada frecuencia de energía. Y la frecuencia de energía en la que nos encontramos nos permite acceder a una determinada dimensión, y crear un tipo de realidad específico.

Las dimensiones, entonces, no son lugares físicos. Son espacios energéticos a los que nos sintonizamos, dependiendo de nuestro nivel de consciencia. Existen varias dimensiones, aquí describiré las tres más accesibles.

Tercera dimensión o 3D:

En esta dimensión el ser humano está totalmente identificado con su mente. Su vida se rige inconscientemente por programas mentales, patrones de comportamiento, mandatos y condicionamientos sociales. Su existencia se centra básicamente en la supervivencia, tiene poco interés en evolucionar.

La existencia en esta dimensión suele crear vidas miserables; la persona no sabe amarse a sí misma, establece relaciones afectivas marcadas por el sufrimiento, el apego y la dependencia, cae continuamente en los dramas emocionales y a veces experimenta escasez económica.

Para quien vive exclusivamente en esta dimensión no existe la posibilidad de aprender con las situaciones de la  vida, le cuesta perdonar y no se hace responsable de las realidades que crea para sí mismo. Suele echarle la culpa de lo que le sucede a los demás, o a las circunstancias externas.

En esta dimensión no se goza de libertad interior. La vida depende de poderes externos como el gobierno, los medios de comunicación, las reglas de la sociedad, de la familia, etc.

Quien vive en esta dimensión sólo busca una salida más consciente o espiritual después de haber pasado por algún evento extremadamente doloroso o traumático, como la pérdida de un ser amado, por ejemplo.

A veces también puede ocurrir que la persona comienza a darse cuenta de que su vida es vacía, carente de significado, y que debe haber algo más que apenas trabajar para ganar dinero y crear una familia. En entonces cuando comienza su búsqueda espiritual.

Cuarta dimensión:

 En esta dimensión la persona comienza a Despertar y a darse cuenta de que el mundo no es como le quieren hacer creer.

Percibe que los medios de comunicación le manipulan y le mienten, y empieza a pensar por sí mismo, cuestionando el orden establecido.

Busca información que no se divulga en los medios masivos, como la Nueva Medicina Germánica, por ejemplo, e investiga todo aquello que los medios y la sociedad suelen condenar, reprimir o perseguir. (en mi libro Mi querido cáncer hablo acerca de esta Nueva Medicina, que me permitió curarme del cáncer sin seguir el tratamiento convencional).

Puede también participar en movimientos alternativos como la ecología, por ejemplo, y se rebela ante todo aquello que ha mantenido al ser humano esclavizado y engañado.

Quienes permanecen en esta dimensión quieren ayudar a los demás a darse cuenta de lo que realmente sucede en el mundo, y para ello despliegan una gran cantidad de energía.

Suelen sentirse indignados, y muchas veces también furiosos. Son quienes realizan manifestaciones y protestas, escriben artículos y graban videos que, actualmente, acaban siendo censurados.

Algunas de las personas que se encuentran en esta dimensión realmente ayudan a la humanidad a Despertar, y pueden propiciar cambios reales en el mundo.

El obstáculo en esta tarea es la violencia y la agresividad que algunos sienten y expresan, que si bien es comprensible, suele traer consecuencias destructivas.

En esta dimensión uno cae en la batalla entre buenos y malos, ricos y pobres, etc. Muchas personas que siguen el camino espiritual permanecen ancladas en esta dimensión por creer en la lucha entre el bien y el mal, o entre la Luz y la Oscuridad. En este nivel de consciencia aún existen la separación y la lucha.

La quinta dimensión o 5D:

En esta dimensión la persona ya alcanzó un elevado estado de consciencia. Puede sentir de verdad que la fuente del Amor Incondicional se encuentra en su interior. Esto le permite permanecer en paz y centrado, aún en medio de grandes desafíos personales o externos.

Sabe establecer relaciones afectivas sanas y conscientes, en las cuales prevalecen el crecimiento personal, la libertad, el desapego y la armonía. Su aportación al mundo es permanecer en este estado de Amor, paz y alegría, pues sabe que esa su mayor contribución.

Es consciente de que todos somos Uno, y que todo es energía, por lo tanto ayuda al Despertar de la humanidad sintiendo e irradiando continuamente Amor y paz.

En esta dimensión sólo existe la Unión. Quien vive en este estado de consciencia sabe que la oscuridad que ve en el mundo es apenas un reflejo de la oscuridad que cada ser humano alberga en su interior; entonces se dedica a iluminar y transformar sus propias sombras, con Amor y aceptación.

Aquí uno no suele preocuparse por su economía, pues vive en un estado interior de confianza y verdadera Abundancia, y manifiesta con facilidad lo que necesita.

Quienes están en contacto con este nivel de consciencia también actúan en el mundo, ayudando a los demás a través de meditaciones y mensajes, dando cursos, sesiones, conferencias y compartiendo sus herramientas de crecimiento personal. Son las llamadas Semillas Estelares, o Trabajadores de la Luz.

No todas las personas que se dedican a estas profesiones de ayuda están en la consciencia de la 5° dimensión, ni se autodenominan de ese modo, pues algunas no desean ser etiquetadas. Sin embargo es fácil identificarlas, pues su energía irradia Amor y una profunda paz.

En esta dimensión no existen el tiempo ni el espacio, por lo cual se pueden sentir profundamente unidos a quienes aman, aun cuando no pueden verles debido a la distancia física.

Quienes comienzan a acceder a este nivel de consciencia pueden conectar con sus guías espirituales, con su ángel de la guarda y otros seres de Luz.

En esta dimensión se desarrollan sin esfuerzo valiosos dones, como la telepatía. También es posible trasladarse a planos más sutiles, y tener encuentros con los seres amados en el mundo etérico.

Suelen tener sueños lúcidos y visiones, canalizar información y experimentar estados alterados de consciencia.

Sienten una profunda conexión con la Madre Tierra, y saben que su propia evolución contribuye a la Ascensión o la evolución de toda la humanidad y del planeta. Quienes experimentan este estado de consciencia son quienes van trayendo el Cielo a la Tierra, pues es tarea de todos crear un Nuevo Mundo.

Todos estamos en un proceso de transición. Pasamos de una dimensión a otra dependiendo de varios factores. Son muy pocas las personas que pueden permanecer las 24 horas del día en la quinta dimensión, por ejemplo.

Sin embargo sí podemos descubrir cómo actuar o qué hacer para ir aumentando nuestro nivel de consciencia, y cómo regresar a este estado cuando hemos caído en las dimensiones inferiores.

Esta es la finalidad de mi Comunidad: compartir con sus integrantes todo aquello que a mí me ayuda a conectar y permanecer en la consciencia de la 5° dimensión, y acompañarles en el proceso de transición entre las diferentes dimensiones.

Si quieres participar en este gran viaje de transformación, haz clic aquí: Comunidad de Enriqueta Olivari

© 2020– “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un regalo para sanar

Comparto este vídeo, pues esta visualización creada por mi querido amigo Pedro Gea Martínez, creador también de su excelente método curativo «Árboles Cuánticos», es un maravilloso regalo para sanarte o sanar a tus seres queridos.

¡Sus resultados son increíbles!

Espero que lo disfrutes y te ayude.