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Las heridas del alma

Las heridas emocionales son experiencias dolorosas, generalmente de la infancia. A menudo dan forma a tu personalidad adulta, a quién eres y cómo enfrentas la adversidad.

Las cinco heridas emocionales son:

-El miedo al abandono
-El miedo al rechazo
-La humillación
-La traición
-La injusticia

Abandono:

La soledad es el peor enemigo de cualquiera que experimentó el abandono de niño. Las personas que temen la soledad son más propensas a abandonar a sus socios y sus proyectos desde el principio, por temor a ser los abandonados. Las personas con miedo al abandono pueden pensar cosas como «Te dejaré antes de que me dejes», «nadie me apoya, no estoy preparado para apoyar a nadie más», «si te vas, no volverás…»

Las heridas causadas por el abandono no son fáciles de reparar. Pero una vez que comienza el proceso de curación, las personas con estos miedos a menudo experimentan una mejora drástica: su miedo a la soledad desaparece y es reemplazado por un diálogo interno positivo y esperanzador. Si aprenden a amarse a sí mismas, pueden ser su mejor compañía.

Rechazo:

Esta es una herida muy profunda y puede extenderse a sentimientos de rechazo desde adentro; es decir, la sensación de rechazo contamina nuestros pensamientos y sentimientos.

Muchos factores pueden influir en la aparición de este miedo, como el rechazo de los padres, la familia o los compañeros. Genera más pensamientos de rechazo, de ser indeseable, de no tener valor.

Cualquiera que sufra esta dolorosa experiencia siente que no merece afecto y comprensión, y se aísla dentro de su interior vacío, temeroso de ser rechazado. Los que han sido rechazados como niños tienden a convertirse en adultos evasivos. Por lo tanto, tienen que superar sus miedos internalizados y las situaciones que les causan ansiedad.

Si este es el caso para ti, los pasos hacia la curación implican aprender a tomar riesgos y tomar decisiones por ti mismo.

Humillación:

A las personas que fueron humilladas continuamente cuando eran niños se les hace pensar que otras personas nos desaprueban y nos critican. Los padres fomentan este miedo en sus hijos diciéndoles que son «malos» o que son demasiado torpes o pesados, así como cuando expresamos sus problemas frente a otras personas. Todas estas cosas destruyen la autoestima de un niño.

Este miedo a menudo conduce al desarrollo de una personalidad dependiente. Como adultos, aquellos que fueron humillados de niños también podrían ser tiránicos y egoístas como mecanismo de defensa e incluso tienden a humillar a otros como un escudo protector.

Cualquier persona que sufra este tipo de experiencia debe trabajar en su independencia, libertad, prioridades y cómo comprender mejor sus necesidades y temores.

Traición:

Esta es una de las heridas emocionales más comunes. Ocurre cuando las personas cercanas al niño rompen sus promesas, lo que lleva a sentimientos de traición y de haber sido engañados.

Como consecuencia, causa desconfianza que puede generar envidia y otros sentimientos negativos, como no sentirse digno de las promesas y lo que otros tienen para dar.

Experimentar estos problemas durante la infancia lleva a ser controlador  y  a buscar el perfeccionismo en la edad adulta. Son personas que quieren todo sin cabos sueltos, sin dejar nada al azar.

Injusticia:

Los entornos en los que los principales cuidadores del niño son fríos y autoritarios producen sentimientos de injusticia. Estas personalidades exigentes generan sentimientos de impotencia y futilidad, tanto en la infancia como en la edad adulta.

Una consecuencia directa de la injusticia es la rigidez, y estas personas generalmente intentan ser muy importantes y adquirir mucho poder. Además, a menudo se desarrolla un fanatismo por el orden y la perfección, así como la incapacidad de tomar decisiones con certeza.

Las personas que sufrieron injusticias en la infancia deben trabajar para reducir sus niveles de desconfianza y rigidez mental para ser más flexibles y permitirse confiar en los demás.

Conocer y reconocer estas cinco heridas del alma que pueden afectar nuestro bienestar, salud y capacidad para desarrollarnos como personas, nos permite comenzar a sanarlas.

El trabajo con el niño interior es fundamental, y muchas veces también es necesario recurrir a alguna terapia que trabaje a nivel del alma (puedes aprender a sanar a tu niño interior, entre otras muchas cosas, con el Curso en audio «Amándote a ti mismo»).

© 2020– “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

El Despertar del masculino

Durante las últimas décadas las mujeres nos hemos dedicado a sanarnos, a liberarnos de los condicionamientos impuestos por la sociedad y a amarnos a nosotras mismas. Talleres, libros, videos, compartir entre nosotras nuestras heridas y descubrimientos… Ha sido un camino largo, y aún lo seguimos recorriendo.

En este proceso muchas veces nos hemos preguntado: “¿Y los hombres, dónde están? ¿Por qué no caminan a nuestro lado, por qué no tienen interés en sanarse y cambiar?”

Pues ahora ha llegado el momento del Despertar masculino. Cada vez hay más hombres dispuestos a reconocer su vulnerabilidad, su profundo cansancio y la gran necesidad de dejar atrás los viejos patrones patriarcales que han regido sus vidas.

El mandato social de ser siempre fuertes, de no poder sentir ni expresar sus emociones, de tener que ser el sustento de toda la familia, de tener que ir a la guerra… El inconsciente colectivo masculino está cubierto de dolor, de sangre y de injusticia. Los hombres  se sienten solos y exhaustos. Ellos están cansados, y también heridos…

Es tiempo de que los hombres se liberen de todos esos condicionamientos, y que además de guerreros, puedan ser también sensibles. Ellos necesitan compartir con otros hombres este camino de crecimiento, y darse el permiso de descansar, expresar y llorar…

El papel de la mujer en el desarrollo masculino es importante. En mi artículo El Despertar de la mujer  menciono la imperiosa necesidad de que perdonemos el pasado, y de que nos liberemos del resentimiento hacia el hombre. Y ellos también necesitan perdonarse a sí mismos, y encontrar el Amor en su interior.

En su necesidad de liberarse, muchas mujeres han renunciado a su lado receptivo, lo cual les ha llevado a un desequilibrio. Poder dar y recibir de un modo armonioso es siempre el camino.

No es necesario caer en el papel de “madres” de nuestros compañeros, ni ejercer el rol de terapeutas. Lo que ellos necesitan es simplemente ser comprendidos, amados y aceptados. Y permitirles protegernos, pues es parte de su esencia y de su papel en nuestras vidas.

Ellos han hecho lo que han podido, y en esta nueva era de Amor Incondicional hombres y mujeres debemos crear juntos un Nuevo Mundo, caminando lado a lado, cooperando y amándonos de un modo consciente, sano y libre.

© 2020– “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

 

 

 

Audio video: «Qué está sucediendo en el mundo»

En este audio video explico a qué se debe el caos que vemos en el mundo.

También doy pautas para que puedas atravesar estos grandes cambios planetarios de un modo consciente y armonioso.

© 2019 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

Meditación para superar el miedo

Puedes hacer este ejercicio en cualquier momento, cada vez que sientas miedo.

Para mejores resultados, es ideal hacerlo en un lugar privado y silencioso, trabajando con una lista de miedos que has escrito previamente.

Siéntate o acuéstate cómodamente con tu espalda recta y cierra los ojos.

Toma aire profunda y lentamente hacia tu abdomen, luego exhala lo más rápido que puedas.

Repite: toma aire lentamente, y luego suéltalo lo más rápido que puedas.

Y una vez más, inhala despacio, despacio, luego exhala rápidamente.

Ahora continúa respirando a tu propio ritmo.

Escanea tu cuerpo físico desde la cabeza hasta los dedos de los pies, para encontrar la energía del miedo.
Busca el miedo. Si no lo puedes encontrar, lee uno de los miedos de tu lista y escanea tu cuerpo de nuevo.
Una vez que encuentras miedo en tu cuerpo, simplemente obsérvalo. No lo analices, solo obsérvalo. Deja que esté allí. Deja que exista. Deja que crezca y sea lo que es.

Se puede manifestar en una incomodidad física, como un nudo, un dolor, una energía localizada, o a través de un pensamiento o una memoria, o simplemente puede ser la emoción del miedo.

Solo míralo. Obsérvalo. Siéntelo.

Deja que esté aquí.

Y dile: “Miedo, eres bienvenido aquí. Te doy la bienvenida aquí».

Dale la bienvenida y permite que crezca.

Permite que se haga cada vez más grande.

Permite que crezca y crezca… Lo más grande que le sea posible.

Deja que sea lo más grande que pueda ser.

Permite que el miedo se exprese para ti.

Pero no analices.

Simplemente permite lo que sea que venga.

Aunque sean palabras pensamientos, memorias…

Rastréalo y observa si se transforma en otra emoción, o si cambia su localización en el cuerpo.

Sin importar en lo que se convierta, dale la bienvenida a la nueva expresión: “Pensamiento, eres bienvenido aquí» . «Emoción, eres bienvenida aquí». «Palabras, memorias, miedo, son bienvenidos aquí».

Eres bienvenido aquí.

Míralo, obsérvalo.

Ahora, permítete acercarte y abrazar el miedo en cualquier expresión que éste haya escogido.

Dale Amor y Luz y permite que exista.

Agradécele por cualquiera que haya sido el trabajo que tenía para ti, y por estar contigo por tanto tiempo.

Ahora, suéltalo y entrégalo a La Unidad. Permite que vaya libre hacia La Fuente.

Respira profundo ahora. Mientras inhalas, inhala Amor y luz. Y cuando exhales, deja que esa luz y ese Amor vayan y llenen el espacio donde solía estar el miedo.

Ahora, simplemente respira despacio y profundamente.

Inhala luz y Amor, y cuando exhales permite que la luz y el Amor se extiendan por todo tu cuerpo y hacia fuera, hacia tu entorno.

Ahora, escanea tu cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies para ver si quedó algo de este miedo. Si ha quedado algo, repite el ejercicio inmediatamente.

Si no, puedes usar tu lista para hacer el ejercicio de nuevo, o terminar ahora abriendo los ojos y estirando bien el cuerpo.

Inelia Benz

© 2019 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

 

Herramientas para el Cambio

Desde hace ya varios años, todos pasamos por intensos procesos de crecimiento y transformación. Estos procesos son colectivos. Las lecciones por integrar, los desafíos y las bendiciones son prácticamente los mismos para todos, y suelen ocurrir en los mismos períodos de tiempo.

Sin embargo, cada persona atraviesa esos procesos de diferente modo, dependiendo del nivel de Consciencia en el que se encuentre.

Durante el mes de julio hemos tenido que soltar y dejar atrás hábitos, patrones de pensamiento y comportamiento, trabajos, relaciones -o viejas formas de relacionarnos-, entre otras cosas.

Algunas personas continúan en este proceso, otras ya lo están cerrando…

En este artículo comparto valiosas herramientas o prácticas que son de gran ayuda siempre, más allá del tipo de reto que nos toque enfrentar, tanto a nivel personal como colectivo:

-No te preocupes si tu patrón de sueño se encuentra alterado; hace parte del proceso que estamos experimentando. Duerme cuando puedas, lo más que puedas, pero no te extrañes si notas que necesitas menos horas de sueño que antes.

Si te despiertas alrededor de las 4 de la madrugada, es probable que tus Guías Espirituales o tu Yo Superior quieran comunicarse contigo. Permanece de ojos cerrados, en silencio interior, para poder escuchar los mensajes que tienen para ti.

-Quizás por momentos sientas un gran cansancio y dolores musculares. Esto se debe a que la Madre Tierra está recibiendo poderosas energías para elevar su vibración y la de sus habitantes. Nos estamos limpiando y atravesando cambios en nuestro ADN, seamos o no conscientes de este proceso.

Bebe bastante agua, descansa cuando tu cuerpo te lo pida, haz ejercicios suaves (estiramientos, Chi Kung, Tai Chi, etc.). Darte baños de agua caliente con un puñado de sal gruesa es de gran ayuda para relajar tu cuerpo y limpiar tu energía. También puedes recibir masajes.

-Expresa tus emociones a solas, sin involucrar a nadie; de este modo no dañarás tus relaciones. Las emociones que sientes son una oportunidad de regresar a ti mismo para crecer, sanar alguna herida, cuidar de tu niño interior, o darte cuenta de algo…

No te pierdas esa valiosa oportunidad creando caos, dolor y confusión en tus relaciones afectivas.

Al expresar tus emociones a solas, hazlo con totalidad, con toda tu energía. Sé fuego cuando estés sacando tu rabia, sé agua cuando tu rostro se cubra de lágrimas.

-Luego puedes bailar de ojos cerrados. Así elevarás tu energía, saldrás del «drama» emocional y recordarás lo maravilloso que es estar vivo.

También puedes salir a dar un paseo en la naturaleza, o darte un ducha deliciosa; haz lo que tu cuerpo te pida para sentirte a gusto contigo mismo, y con la vida.

-La risa es altamente curativa. No te tomes demasiado en serio, ríete de ti mismo y de las situaciones, al final todo puede ser observado como si fuera una película.

-Meditar es una bendición, pues es el camino para encontrar en tu interior la paz y las respuestas que necesitas. La meditación es la mayor y mejor aliada en nuestro proceso de crecimiento.

Meditando puedes integrar las lecciones, desapegarte con perdón y gratitud, si fuera necesario, y abrirte a lo nuevo, que siempre llega (tengo un curso grabado en audio en el cual explico cómo meditar, entre otras cosas. Puedes ver toda la información aquí: Curso en audio).

-En tu tiempo libre dedícate a algún pasatiempo que te nutra, y que te conecte con la creatividad que llevas dentro. No tiene que ser necesariamente una actividad «artística». Puedes cocinar, cuidar del jardín, bordar, escuchar música, bailar…

Haz aquello que te encanta, desconéctate de las redes sociales  y de todo para disfrutar de ti mismo, mientras haces algo que te inspira, te relaja o simplemente te hace feliz.

-Recuerda o descubre que eres El amor de tu vida.

-Habrá personas que pondrán a prueba tu capacidad de valorarte, de respetarte y de establecer sanos límites. Para poner límites no tienes que discutir ni dar largas explicaciones; a veces bastará con que digas un par de frases sinceras, expresadas desde el corazón, aunque con firmeza. Y otras veces lo mejor será guardar silencio y alejarte de ciertas personas, sin decir nada…

-Si no consigues comunicarte de un modo armonioso y claro con alguien que amas, puedes escribirle una carta, en la cual expresas de un modo amoroso lo que sientes, y lo que te gustaría manifestar en esa relación. No siempre será necesario que le entregues la carta; ahora todos estamos desarrollando la telepatía, y ésta siempre existe entre las personas que de verdad se aman.

Si estás profundamente unido a nivel del alma con tu amado o amada -aunque se encuentre físicamente «lejos»-,  entonces no será necesario que le escribas una carta. Su alma y la tuya están unidas, más allá de las palabras…

-Ten en cuenta que tú eres el rey o la reina de tu propia energía, de tu espacio vital, y del Universo que en realidad eres. Tienes toda la libertad de elegir, a cada momento, con qué personas quieres relacionarte, y con cuáles no.

-Sigue tu propia intuición, pues ella siempre es la mejor guía. No todo lo que te recomiendan será lo adecuado para ti. Eres libre para seguir tu propio camino, sobre todo si es la voz de tu alma quien te guía.

Todos estamos atravesando un gran viaje evolutivo, en el cual vamos descubriendo cómo traer el Cielo a la Tierra.

¡Disfrutemos de la travesía!

© 2019 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

 

 

 

No tengas miedo de sentir

Desde pequeños nos han dicho que sentir ciertas emociones es algo malo, negativo. Incluso nos han castigado por expresar abiertamente lo que sentíamos.

A las niñas se les ha permitido llorar, pero está mal visto que sientan enfado. Por eso ya de adultas, muchas mujeres sólo se permiten llorar, aún cuando lo que sienten es ira.

Con los niños ha sucedido lo contrario; si eres hombre puedes gritar, blasfemar y enfadarte, pero queda mal que te pongas a llorar.

Es cierto que muchas personas ya están yendo más allá de los condicionamientos que recibieron en la infancia, pero aún queda un largo camino por recorrer. Porque además de esos condicionamientos, ahora hay otros, inculcados en nombre de la espiritualidad, la Nueva Era o el crecimiento personal.

Se considera que algunas emociones son «negativas», poco espirituales o de «baja vibración». Entonces si sientes enfado, por ejemplo, eres poco evolucionado, estás dormido y te acabas sintiendo culpable por sentir lo que sientes. Esto inevitablemente lleva a la hipocresía, mostrándoles a todos lo positivos o amorosos que somos, cuando en el fondo podemos estar sintiendo un profundo dolor.

También se insiste en la importancia de «controlar» tus emociones. ¡Todo el mundo esta obsesionado con querer controlar! Pero detrás de ese deseo de control hay un profundo miedo. Además el control es represión. Todo lo que reprimes sigue presente en tu interior, y tarde o temprano estallará.

No se trata de controlar nada, sino de ser conscientes de lo que sentimos, y de expresarlo con consciencia.

No podemos crecer de verdad si nos juzgamos por sentir, si ocultamos lo que nos sucede en realidad, o si nos sentimos superiores a quienes tienen la valentía de ser auténticos.

Lo he dicho en un video ya famoso en Youtube, y también lo digo en mi libro El amor de tu vida: todas las emociones cumplen una función positiva, todas son necesarias, todas nos conducen a algo, si las expresamos del modo adecuado.

El modo adecuado de expresar cualquier emoción es a solas, en nuestra habitación. Es importante que lo hagas a solas, porque lo que sientes es algo tuyo, no es saludable para tus relaciones andar proyectándoles a los demás tu ira, frustración, o lo que sea que sientas.

Luego de haber expresado a solas tus emociones durante unos 15 minutos, siéntate en silencio y observa: observa tu cuerpo, tu respiración, los pensamientos que pasan por tu mente… Hazlo sin juzgar nada, sin poner etiquetas, aceptando lo que sea que percibas. Esto es meditar, y es a través de la meditación que lo que necesite ser transformado irá cambiando, por sí mismo.

Entonces luego estarás en condiciones de sentarte a conversar tranquilamente con tu pareja, amigo o familiar, sin disputas ni conflictos, y poder llegar a un acuerdo, si fuera necesario (en mi libro El amor de tu vida compartida encontrarás valiosas herramientas para establecer relaciones sanas).

Si sientes ira golpea el colchón, grita con la cara en la almohada para no ser escuchado, patalea con fuerza acostado boca arriba, sal a gritar a un descampado… De niño sabías qué hacer con tus emociones, antes de que comenzaran a reprimirte.

Se trata entonces de retomar el camino; volver a ser naturales y espontáneos como los niños, que sienten y expresan lo que sienten sin juzgarse, sin sentirse mal o culpables por ser apenas seres humanos.

Sin embargo, a veces cuando le recomiendo a alguien que haga esto, le cuesta una barbaridad; es como si hubiera un miedo generalizado a sentir, a conectar con esa parte nuestra, que es pura vida, puro instinto, pura humanidad.

El precio que se paga por no sentir, o por no expresar lo que sentimos, es alto; nos vamos muriendo en vida, vamos teniendo una expresión falsa, forzada, y nos perdemos los tesoros que existen escondidos detrás de todas y cada una de las emociones.

Ama tu humanidad, ama la maravillosa capacidad de sentir y expresar lo que sientes, acepta esta faceta fundamental de ti mismo, y tu crecimiento personal estará garantizado.

© 2019 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

Cómo atravesar las etapas difíciles

A todos nos llegan etapas en las que debemos enfrentar grandes dificultades o retos importantes. Y esto nos puede suceder en cualquier área de nuestras vidas.

Actualmente pareciera que los desafíos se multiplican, o que nos llegan uno tras otro, sin darnos casi descanso. Esto sucede porque ya no podemos seguir pensando o actuando como solíamos hacerlo. Ahora todos los seres humanos debemos despertar a una mayor consciencia. Todo el Universo nos empuja, de alguna manera, a que sanemos nuestras viejas heridas, a que dejemos atrás viejos patrones o creencias y descubramos nuevas maneras de responder a lo que nos presenta la vida.

Aquí comparto algunas prácticas que son muy valiosas para atravesar las etapas difíciles o dolorosas:

-Es natural que necesites compartir tu dolor, miedo o preocupación. De hecho, hacerlo es bueno y necesario. Pero no les cuentes tu “problema” a todas las personas con las que te encuentras. Hazlo sólo con dos o tres personas cercanas, que sabes que te aman de verdad, que no te juzgarán y que te ofrecerán algún tipo de ayuda efectiva (si no tienes dinero para pagar el alquiler, por ejemplo, de poco te servirán las típicas frases hechas).

-Es humano que sientas autocompasión. Permítete sentirla, pero hazlo por un plazo determinado –uno o dos días-, y luego recuerda que tú creas tu propia realidad. Has creado esa realidad para aprender algo, y puedes cambiar cualquier cosa que no te guste de tu vida, o que te haga daño. Recordarlo te ayudará a sentirte poderoso y libre.

-Expresa a solas las emociones que sientas. Hacerlo es muy necesario, así que acéptalas, pues eres un ser humano. Llora, grita, patalea, pero hazlo a solas y apenas por un rato; puede ser a diario. Luego haz algo que te ayude a sentirte bien: darte una ducha, salir a dar un paseo, escuchar tu música preferida, etc. De ese modo no te quedarás atrapado en las emociones, y te darás cuenta de que también te están sucediendo cosas hermosas: ha salido el sol, tienes comida en tu mesa, cuentas con el apoyo de alguien…

-Ponte en el primer lugar de la lista. Estás pasando por una etapa difícil, entonces darte tiempo para cuidar de ti es muy necesario. Si no estás pudiendo lidiar con los problemas de algún amigo o familiar díselo, con respeto. Si te ama de verdad lo comprenderá y respetará tu necesidad de estar contigo mismo. Pero no te aísles por completo; siempre, en algún rincón, puedes encontrar la ayuda que necesitas. Mantente alerta y abierto, no te encierres en tu dolor.

-Usa tu mente a tu favor: aunque aún no sepas la razón por la cual estás atravesando ese reto, confía en que, en algún momento, podrás comprenderlo.

Recuerda todos los desafíos que ya has enfrentado, todas las veces que te has “caído”, y recuerda también que, de un modo u otro, los has superado y te has levantado. Acordarte de esto te ayudará a sentir que, si estás atravesando un momento difícil, es porque tú puedes superarlo.

-Si estás pasando por momentos difíciles a nivel afectivo, debes dedicarte más que nunca a amarte a ti mismo. Mi libro El amor de tu vida te ofrece valiosas herramientas para hacerlo. Si ya lo has leído, reléelo y haz sus ejercicios. Si no lo leíste aún, quizás sea un hermoso regalo que puedes brindarte a ti mismo.

-Cuida de tu niño interior. Cuando nos sentimos desvalidos, con miedo, desconsolados o solos, muchas veces es porque nuestro niño interior está desatendido (en mi Curso en audio «El amor de tu vida» te guío de un modo amoroso para que puedas comunicarte con él y saber cómo cuidarlo, entre otros varios ejercicios).

-Si tu reto es a nivel económico, pon tu energía en descubrir nuevas formas de ganar dinero. Las crisis nos traen grandes regalos, entre ellos la creatividad necesaria para tener nuevas ideas. Si no se te ocurre nada, conversa con algún amigo o familiar que te pueda dar ideas concretas y viables.

Agradece todo lo que ya tienes, y pon tu atención en lo que sí funciona bien en tu vida.

-Medita. Poco a poco irás encontrando en tu interior un espacio que no es afectado por nada de lo que ocurra en tu mundo externo. Podrás sentir paz, relajación, confianza y Amor aún en medio de la mayor tormenta.

-Ten en cuenta que a veces las etapas de crisis nos instan a que dejemos atrás relaciones o personas, trabajos o tareas que ya no encajan con quienes somos ahora. Practicar el desapego y agradecer lo que estás soltando te ayudará inmensamente a sentirte liberado y ligero. Es necesario abrir espacio para la llegada de lo nuevo.

-Si tu reto está relacionado con tu salud, cuentas con la ayuda de mi nuevo libro, Mi querido cáncer. En él comparto en qué consisten las mal llamadas “enfermedades”, por qué se crean, y cómo puedes curarte a ti mismo. Hacerlo es bastante fácil, sobre todo si no llenas a tu cuerpo de sustancias químicas ni te dejas dominar por el miedo.

-Haz una lista de todas las lecciones que esa situación te está trayendo. Hazlo por escrito, es más efectivo. En la medida que lo hagas acabarás sintiendo gratitud por esa etapa que estás atravesando, porque ésta te permite ser más fuerte, y también más sabio.

© 2018 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

La lucha no es necesaria

Hace tiempo escribí un artículo en el cual explico que la energía del ego masculino ha dominado el mundo, y cómo sus efectos han resultado sumamente nocivos (puedes leerlo aquí: https://shantidasi.wordpress.com/2012/08/28/el-regreso-de-lo-femenino/).

Esta energía masculina mal canalizada nos ha llevado a creer que debemos luchar contra todo: contra los pensamientos, las emociones, contra el cuerpo… Inevitablemente, si luchamos contra nosotros mismos acabaremos luchando contra los demás. Ese es el origen de todas las guerras.

También nos han hecho creer que para gozar de prosperidad debemos luchar y sacrificarnos. Pero gracias a la Ley de Atracción podemos aprender a hacer realidad nuestros sueños sin tantas dificultades o esfuerzo. Es cierto que debemos trabajar, pero si hacemos lo que amamos no supone una lucha, sino un gran gozo.

La lucha no es necesaria. De hecho para crecer y transformarnos lo primero que debemos hacer es aceptar, lo cual no implica ningún tipo de lucha, sino todo lo contrario.

Querer controlar los pensamientos no funciona, y si lo has intentado ya sabes que ese no es el camino. Los pensamientos se observan sin juzgarlos, es decir, sin ponerles etiquetas como «positivo» o «negativo». Mientras meditamos sólo observamos y aceptamos lo que sea que percibamos: pensamientos, sensaciones, emociones… De este modo poco a poco dejas de identificarte con tu mente; tú eres la consciencia que la observa, con aceptación y desapego.

Las emociones tampoco deben ser controladas o reprimidas; luchar contra lo que sentimos no es efectivo. Si tenemos emociones intensas, entonces las expresamos a solas, y luego nos dedicamos a meditar, o sea a observar sin juzgar lo que ocurre en nuestro interior. De este modo las emociones se transforman por sí mismas, y poco a poco nos vamos liberando de la ira, el miedo o cualquier emoción que prevalezca.

También nos han condicionado a pensar que debemos luchar contra las enfermedades, como si ellas fueran un enemigo que hay que combatir a cualquier precio. Afortunadamente, gracias a un conocimiento científico ampliamente comprobado, ahora tenemos la oportunidad de descubrir que la lucha contra las enfermedades no tiene el menor sentido.

Las enfermedades en realidad no existen, pues son simplemente mecanismos naturales del cuerpo humano, que se activan para que podamos sobrevivir a ciertos eventos traumáticos.

Este conocimiento nos libera del miedo, la lucha, los tratamientos costosos y nocivos, y nos ayuda a comprender que el cuerpo humano fue diseñado de un modo perfecto. Él no está programado para matarnos.

Para amar a nuestro cuerpo es necesario saber cómo funciona, y así podremos acompañarlo de un modo amable en su proceso natural de curación. Nuestro cuerpo ha sido programado para curarse a sí mismo, lo cual es una excelente noticia (en mi libro Mi querido cáncer comparto mi propia experiencia, y explico de qué se trata este descubrimiento científico, que en realidad es un canto a la vida y a la sabiduría de nuestro cuerpo).

En lugar de luchar, desgastarnos y acabar exhaustos -sin lograr los resultados que deseamos-, podemos informarnos, aprender nuevos caminos, aceptar y fluir con lo que somos y con lo que nos sucede.

El mundo cambiará si cada ser humano que lo habita también cambia. Tenemos la oportunidad de crear un mundo más humano, amoroso y comprensivo, y si abandonamos la lucha marcaremos una gran diferencia.

© 2018 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

Siete palabras mágicas

1- Muévete. Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las montañas, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.

2- Toca. Toca las partes que amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.

3- Escucha. Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que sólo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca es hablado.

4- Siente. El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el Amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.

5- Confía. Tú sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si pasas, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.

6- Reúnete. Con los hombres y mujeres que amas. Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros, y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.

7- Recibe. Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.

Autor desconocido.

© 2018 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

¿Qué está sucediendo en el mundo?

Recibimos a diario cientos de noticias nefastas… Violencia, hambruna, guerras, corrupción, y un sinfín de desgracias que nos llevan a preguntarnos qué es lo que está sucediendo en el mundo. Pero todo en el Universo obedece a un plan, todo lo que ocurre tiene un propósito, y nada ocurre por azar.

En estos tiempos que vivimos, toda la oscuridad que ha permanecido encubierta en el inconsciente colectivo de la humanidad está saliendo a flote, con el fin de purificarnos y limpiar a nuestro planeta, para que finalmente podamos vibrar en el Amor, en la paz y en la Luz.

luz y sombras

Esta oscuridad ha estado siempre ahí, pero ahora podemos verla y sentirla, pues sólo así es posible transformarla. El Universo entero ahora está conspirando para que nuestro planeta evolucione, y este proceso es sumamente necesario, pues ya no podemos continuar como lo hemos estado haciendo hasta ahora.

Debemos comprender que lo que vemos afuera es apenas un reflejo de lo que llevamos dentro. Todos somos seres amorosos, pacíficos y luminosos, pero también todos llevamos en nuestro interior a una parte egoísta, envidiosa, violenta o avariciosa. Y el mejor modo de contribuir a esta gran cambio que todos anhelamos y necesitamos ver en el mundo, es reconocer nuestras propias sombras, aceptándolas para luego poder convertirlas en Luz.

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Es probable que ante lo que presenciamos en el mundo sintamos miedo, ira o desesperanza… Pero debemos recordar que nosotros mismos creamos la realidad, y atraemos lo que pensamos, sentimos y decimos; entonces es necesario hacer el trabajo con uno mismo para recuperar la paz, la fe y mantenernos en el Amor.

Está claro que si podemos hacer algo práctico y concreto para ayudar a alguien, o para mejorar una situación, debemos hacerlo. Pero lo fundamental en estos tiempos es que todos y cada uno de nosotros se transforme, recordando que la unión hace la fuerza, y que cada paso que cada uno de nosotros de en esa dirección será un paso que dará el mundo en dirección a la Luz.

Como bien dijo Gandhi, sé tú mismo el cambio que quieres ver en el mundo.

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©2016- Enriqueta Olivari. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y al sitio: http://www.sanatualma.com

 

 

 

La alquimia interior

Todas las emociones cumplen una función en nuestras vidas. Pero no nos han enseñado a aceptarlas y transformarlas.
Y cuando comenzamos a transitar el camino del crecimiento personal, a veces caemos en el error de juzgarlas y etiquetarlas. Pero al hacer esto muchas veces ocultamos lo que de verdad sentimos. Sin embargo el cuerpo nunca miente: la mayoría de las enfermedades se originan debido a emociones reprimidas a lo largo de los años. He podido comprobar esto a lo largo de tres décadas practicando la medicina china.

El primer paso para transformar cualquier emoción es la aceptación de lo que sea que sintamos. Para esto tenemos que amar todos nuestros aspectos, incluso los que aparentan ser “oscuros”. El día no sería posible sin la noche, y de igual modo amarnos de verdad incluye aceptar también nuestras sombras.

Una vez que reconocemos lo que sentimos, el siguiente paso es la expresión de la emoción. Hacerlo a solas es mejor, pues así no creamos conflictos innecesarios con los que nos rodean. Y tenemos que permitirnos ser naturales y espontáneos, como lo éramos de niños.
Llorar, golpear un cojín con los puños, gritar, ayuda a que las emociones se liberen, a que el cuerpo se relaje y que nos sintamos serenos de inmediato.

Luego nos sentamos, cerramos los ojos y meditamos: observamos todo lo que sucede dentro y fuera de nosotros, sin juzgar ni querer cambiar nada. Y en ese estado de silencio interior podemos comprender la raíz de la emoción que sentimos.
Veremos que detrás de la ira suele haber miedo, y debajo del miedo, dolor. Al expresarlos y meditar luego, podemos entonces sanarnos y hacer una transformación.

Con la práctica es posible observar la llegada de la emoción y no ser arrastrados por ella. Veremos que llega como una oleada y luego se va, al igual que lo hacen los pensamientos. Y podremos entonces elegir cómo queremos sentirnos.

La consciencia es el verdadero alquimista. Con el tiempo la ira se convierte en compasión, el miedo en confianza, la avaricia en generosidad… Hasta que finalmente en nuestra energía predomina lo único real: el Amor.

© 2011 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com