¿Qué es la verdadera meditación?
No, no se trata de trascender.
Demasiados meditadores quedan atrapados en un estado de trascendencia.
Pero incluso la «trascendencia» es un concepto de la mente.
Y todos los estados mentales deben colapsarse, eventualmente.
Más allá de la trascendencia, más allá de todas las técnicas de meditación, existe esta pura intimidad con la vida.
Sí, es hermoso descubrir el espacio puro y sin forma de la consciencia, el vasto cielo abierto del Ser Intocable que está más allá del cuerpo y la mente. Descubrir que no eres tu cuerpo, ni tus sentimientos, ni tus pensamientos, ni ninguna forma en absoluto.
Pero demasiados meditadores usan este tipo de meditación trascendental para escapar de su humanidad. Correr y seguir huyendo de traumas no procesados, de heridas humanas, del dolor y la rabia reprimidos.
En algún momento, debemos hacer el giro valiente.
Debemos sumergirnos sin miedo en el lío oscuro, incómodo, caliente y pegajoso de nuestros sentimientos muy humanos.
No trascender, no ir más allá.
Finalmente debemos permitirnos sentir. El dolor, la soledad, el aburrimiento, la rabia. Estar plenamente en nuestros cuerpos.
Y … Dios mío. ¡Dios mío! Encontramos la verdadera trascendencia allí mismo, en el fuego de la inmanencia. Encontramos lo divino en lo profano, lo sagrado en el desorden. Encontramos la perfección allí mismo, en los horrores de la baba y la suciedad de nuestra imperfección humana.
Resplandor en la vergüenza.
Finalmente nos damos cuenta, es todo Uno.
El concepto de «trascendencia» de la mente se rompe ahora en un millón de pedazos. Dios está en el cuerpo. Dios está en el dolor y el anhelo también. Dios está en la tierra. En nuestros vientres, nuestras espinas, nuestros órganos sexuales, en nuestros dolores y en nuestras alegrías. Dios no solo trasciende, Él penetra, entra y es Uno con todos.
En el ruido y también en el silencio.
En la quietud y en el caos.
Todo es Uno. Todo está incluido.
Hemos trascendido la noción misma de trascendencia.
Hemos ido más allá de la idea misma de ir más allá.
La meditación nos ha abierto a la simplicidad.
Un momento ordinario está ahora empapado de amor.
Un instante de tiempo se ilumina.
No hay a dónde ir. Ningún lugar a donde ir.
Ya somos libres, y enteros.
Y hermosos en nuestra condición humana imperfecta.
La meditación es infinitamente más simple de lo que piensas.
Jeff Foster
*En el libro «El amor de tu vida» encontrarás valiosas herramientas para amarte y aceptarte tal cual eres. Puedes conseguirlo en papel o digital en este enlace: El amor de tu vida
© 2019 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero sin alterarlos y citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com