A lo largo de mi trayectoria ayudando a las personas y tras observar qué tipo de bloqueos, situaciones y energías sujetan los problemas que tienen, he elaborado una pequeña teoría acerca de los compromisos que parece adquirir el alma al encarnar como ser humano. Se les podría considerar también como peajes que en principio hay que pagar. Esos compromisos son:
– El compromiso con la biología. Éste parece el más fuerte de todos. Si has leído la PARTE 3 de la trilogía y has leído lo que expongo sobre los descubrimientos del doctor Hamer, sus Leyes Biológicas y su Nueva Medicina, ya sabes de qué trata este compromiso. Este compromiso se basaría en que el alma se presenta ante la biología y ésta última le dice: “Te presto mi formato de cuerpo físico a cambio de que me ayudes a asegurar la supervivencia de la especie”. O sea, que el “precio” que hay que pagar por tener un cuerpo físico es que la biología va a intentar que sobrevivas a toda costa porque la especie tiene que perpetuarse. Y si alguien se cae en el intento, a la especie (a la biología) le da igual, porque lo importante es siempre salvar a la mayoría.
–El compromiso con los padres. Se suele decir entre los más entendidos en temas de espiritualidad que las almas tienen a 7 parejas de padres entre las que elegir antes de encarnar. También se dice que por vibración y por proyecto de vida, simplemente las almas captamos qué padres vibran mejor con lo que queremos experimentar en la siguiente encarnación. A muchas personas que les comento lo de las 7 parejas de padres a elegir me dicen algo así como: “¡No quiero pensar cómo serían las otras parejas!”. Y es que parece que pocas personas están contentas con los padres. Eso sí, los hay también que tienen devoción por papá o por mamá, y también quienes tienen devoción por los 2 padres al mismo tiempo y suelen ser personas bastante armónicas y equilibradas.
Bueno, pues digamos que al acuerdo entre almas es el siguiente. El alma del futuro bebé pone sobre la mesa su deseo de venir a la Tierra, y las almas de los padres les dice: “Te vamos a recibir, te vamos a dar la vida para que vengas, pero tú tienes que hacer algo a cambio para nosotros”. Quienes sepan sobre temas de descodificación, esto les sonará a el proyecto sentido. Es decir, que los padres, consciente o inconscientemente ya tienen alguna labor para su hijo o hija, ya tienen un proyecto. Ese proyecto puede ser cualquier cosa: cuidarlos cuando sean mayores, ser lo que no ha podido ser papá o mamá, juntar a la pareja porque estaban en crisis, salvar a las personas, dedicarse a lo mismo que se dedica papá o mamá, parecerte a alguien que admira papá o mamá, etc. Ese proyecto o papel que asume el alma del niño puede ser de cualquier tipo, y será algo con lo que ya cuente antes de encarnar. Es decir, que nosotros mismos, somos más responsables de lo que parece de aquello que nos pase, porque ya empezamos incluso eligiendo padres.
Para consuelo de todos, esto es como un pre-contrato que, en el caso de detectarlo y que no te esté beneficiando, se puede hacer algún tipo de ritual para rescindir ese contrato explicando simbólicamente a los padres que estar así es algo que no te beneficia y que tampoco les beneficia a ellos.
– El compromiso con el linaje o clan. El linaje o clan también tiene su papel en esta historia. Por el nombre que se le ponga al bebé, por su fecha de nacimiento comparada con la fecha de nacimiento o muerte de algún miembro del clan o por cualquier otro criterio de afinidad, digamos que siempre hay un antepasado que tiene preferencia a la hora de encargarle algo de “trabajo” al nuevo miembro del clan. Y para verlo de forma gráfica y a modo de cuento, digamos que cuando el bebé está en la cunita viene el alma del abuelo, de la abuela, de la bisabuela, etc., y es como si le dijera al oído: “Te permitimos ser parte del clan a cambio de que tú, para que nuestro linaje sobreviva y se perpetúe de la mejor manera, repitas lo que yo hice porque me fue bien y así a ti también te irá bien… o haz lo contrario de lo que yo hice porque yo actué mal y estoy arrepentido/a… o lleva cuidado con x cosas o actitudes o personas porque corres peligro, etc.”. El ancestro que te haya “tocado” va a cargar al alma recién encarnada con un compromiso a través de un trabajo que le encarga o de unas recomendaciones de vida que el alma del bebé se compromete a cumplir… de momento.
Al igual que pasaba con los padres, esta carga también se puede soltar simbólicamente argumentando mediante un ritual que la persona actual ya ha adquirido un conocimiento que hace innecesario seguir actuando de cierta manera, agradeciendo al ancestro por su recomendación y sanándolo a través de un conocimiento más sabio. Por suerte, estos trabajos que se aceptan desde pequeñitos no son una carga que se haya de llevar siempre si te está perjudicando. Y es que según el estado evolutivo del ancestro, puede recomendar al nuevo miembro algo que está alejado de las cualidades esenciales del Ser, y cuando el nuevo miembro incluso de adulto se percata de esto, puede hacer un corte con ese compromiso por el bien propio y del linaje.
Añadir que, a veces, es muy fina la línea entre el compromiso con los padres y el compromiso con el linaje, porque los padres también forman parte del linaje y pueden encargarte tanto un proyecto de vida a modo personal como un compromiso en base al linaje. Pero lo más usual es que se repare (repitiendo o haciendo lo contrario) a la línea de abuelos o la línea de bisabuelos.
–El compromiso con el planeta. Sería lo mismo que un compromiso con nuestra casa. De la misma forma que cuando tenemos una vivienda, energéticamente tenemos una especie de compromiso por mantenerla en condiciones adecuadas y por respetar nuestro entorno, pues extrapolemos nuestra casa a nuestro planeta y tenemos un compromiso con esta parte de la Creación. Es como si el planeta nos dijera: “Yo te presto mi tierra, mi aire, mi agua y todas mis cualidades a cambio de que me respetes y me cuides, que respetes el para qué yo he sido creado y te adaptes”. Un planeta limpio, un respeto por los recursos, por las cadenas alimenticias, por la belleza de la naturaleza… es a lo que yo creo que se compromete también el alma que viene a hacer uso de esta maravilla de casa física que es la Tierra.
Me da la impresión de que Creadios tiene un especial cariño por la Tierra y que si en un momento dado el ser humano fuera tan idiota como para intentar hacer estallar el planeta, tal vez sólo en ese caso, habría un mecanismo de defensa. Es decir, que Creadios no interviene salvo en casos extremos. No tiene mucha pinta de que eso sea así, pero me gusta pensarlo. También creo que el planeta tiene una fortaleza tremenda y que el ser humano no es capaz de cargárselo. Como mucho, la Humanidad podría cargarse a la propia Humanidad, pero tal vez siempre quedaría alguien para seguir con la rueda de encarnaciones para que Creadios se divirtiera en su pantalla de cine. Ahora mismo se tiene que estar divirtiendo de lo lindo con cómo están las sociedades. No estaría de más que interviniera un poco. Tanto dolor, tanta película dramática también se debe de hacer aburrido para ello.
–El compromiso con Creadios. El acuerdo que se hace en última instancia con Creadios es que ello te dice: “Te meto en la rueda de la encarnación a cambio de que vayas recuperando los libros que te he escondido, a cambio de que vayas recordando lo que eres y tus cualidades esenciales. Puedes emplear las encarnaciones que necesites, y cuanto antes lo recuerdes todo, antes disfrutarás de volver a Casa e incluso de un premio especial aparte del premio que suponen todas las experiencias de todas tus encarnaciones”. Quiero pensar que hay una especie de premio para quien completa todo el aprendizaje y vuelve al origen con todas las cualidades. Tal vez ese premio sea el darse el gustazo de vivir 1 o más encarnaciones disfrutando de estar encarnado, con salud hasta el fallecimiento y haciendo tal vez grandes cosas por las otras almas que siguen aprendiendo-recordando.
Sigo creyendo que el Creador no interviene en este juego. Tal vez en los planos más sutiles de nuestro ser, junto con otras almas, nos hayamos montado algún sistema de premios o algún tipo de competición o algún tipo de plan, pero yo siento que ese plan está creado precisamente por nuestras almas que están aparentemente separadas del Creador. Y que al Creador en sí, ni le va ni le viene que tardemos más o menos en conseguir ciertos objetivos. Él observa y, como decía en el punto anterior, sólo en momentos límite puede intervenir.
La realidad es que podemos elucubrar con todas las versiones o explicaciones a nuestra realidad que queramos, porque me parece que siempre nos quedaremos muy lejos de la verdad real. Pero si un “cuento” como el que te he propuesto nos sirve para llevar una vida mejor, pues bienvenido sea, ¿no te parece?
© 2018 Pedro Gea Martínez – Extracto del libro La Creaticidad parte 1: «Tu vida exterior refleja tu vida interior». Más información: http://www.lacreaticidad.com
© 2018 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com