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Los regalos de la vida

Para muchas personas el 2018 ha sido un año de «derrumbes»; carreras consolidadas ya no motivaban, dejaron de tener sentido, o ya no brindaban los beneficios de antes. Esto supuso un desmoronamiento en la economía de mucha gente, que se ha preguntado -a veces con angustia y preocupación-, qué podían hacer para ganar dinero.

Entonces algunos crearon nuevos proyectos, que desafortunadamente no dieron el resultado deseado. El sentimiento de fracaso, de sentirse derrotado y sin fuerzas, así como la incertidumbre, han predominado para muchos durante este año que ya se acaba.

Todo esto se debe a que la humanidad está pasando por profundos procesos de limpieza y transformación. Sin embargo, a veces no dejamos de preguntarnos por qué debemos pasar por estas situaciones tan desafiantes e incluso dolorosas.

Todo lo que nos sucede obedece a un plan oculto, y cuando somos conscientes de cuál es ese plan, podemos aceptar con humildad y desapego los retos que nos toca enfrentar.

Estamos aquí para crecer, para evolucionar, y cuando lo comprendemos, ya no nos resistimos y podemos ver que en realidad esos desafíos son regalos, o bendiciones camufladas.

El siguiente texto de Bert Hellinger, el creador de las Constelaciones Familiares, nos ayuda a comprender cuál es el plan por detrás de las situaciones que a veces nos toca atravesar:

La vida te desilusiona para que dejes de vivir de ilusiones y veas la realidad.
La vida te destruye todo lo superfluo, hasta que queda sólo lo importante.
La vida no te deja en paz para que dejes de pelearte, y aceptes todo lo que Es.
La vida te retira lo que tienes, hasta que dejas de quejarte y agradeces.
La vida te envía personas conflictivas para que sanes y dejes de reflejar afuera lo que tienes adentro.
La vida deja que te caigas una y otra vez, hasta que te decides a aprender la lección. 
La vida te saca del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejas de querer controlar y fluyes como un río.


La vida te pone enemigos en el camino, hasta que dejas de “reaccionar”.
La vida te asusta y sobresalta todas las veces que sean necesarias, hasta que pierdes el miedo y recobras tu fe.

La vida te quita el amor verdadero, no te lo concede hasta que dejas de intentar comprarlo con baratijas.
La vida se ríe de ti tantas veces, hasta que dejas de tomarte todo tan en serio y te ríes de ti mismo.
La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean necesarias para que por allí penetre la Luz.
La vida te enfrenta con rebeldes, hasta que dejas de tratar de controlar.
La vida te repite el mismo mensaje, incluso con gritos y bofetadas, hasta que por fin escuchas.

La vida te envía rayos y tormentas, para que despiertes.
La vida te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir a tu ego.
La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza y comienzas a servir.


La vida te corta las alas y te poda las raíces, hasta que no las necesitas, sino sólo desaparecer de las formas y volar desde el Ser.
La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un milagro.
La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a vivir.
La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te haces nadie, y así te conviertes en Todo.
La vida no te da lo que tú quieres, sino lo que necesitas para evolucionar.

La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus caprichos y berrinches y agradeces respirar.
La vida te oculta los tesoros, hasta que emprendes el viaje, hasta que sales a buscarlos.
La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos y en todo.

La vida te acorta, te poda, te quita, te rompe, te desilusiona, te agrieta, te rompe, hasta que en ti sólo queda Amor.

© 2018 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos sin alterarlos, citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com

Ángeles humanos (segunda parte)

La verdad es que, en esencia, todos somos ángeles humanos, pues llevamos en nuestro interior una chispa de divinidad.
Una parte de Dios, o de Todo lo Que Es, está siempre presente en nuestra alma, aguardando pacientemente a que conectemos con ella.

En estos tiempos que vivimos, tenemos la oportunidad de Despertar a la verdad de quiénes somos en realidad: seres espirituales viviendo en cuerpos físicos, para aprender una serie de lecciones aquí, en la Tierra.
Afortunadamente cada vez más personas comienzan a desarrollar su lado espiritual, y al hacerlo descubren un nuevo Universo, pleno de crecimiento, alegría, Amor y paz.

Las cualidades de un ángel humano son fáciles de detectar: un ángel humano ha descubierto dentro de sí mismo el Amor Incondicional.
Para esto es necesario sanar las heridas emocionales, perdonar, conectar con nuestra alma a través de la meditación y liberarnos de todo aquello que nos impide Amarnos con totalidad.
Cuando lo hacemos, Amar a los demás se torna algo fácil y natural.

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Quizás sin darte cuenta ya estés desarrollando algunas cualidades propias de un ángel humano.
Cada vez que escuchas con atención, respeto y empatía a alguien que te cuenta un problema, estás actuando como un ángel humano. A veces podrás ofrecerle alguna sugerencia o consejo, otras veces sólo bastará con escucharle, y al hacerlo le recuerdas al otro que no está solo.

Cuando puedes ponerte en el lugar de los demás con facilidad, sin necesidad de saber detalladamente qué es lo que están viviendo, también estás actuando como un ángel humano.

ángel humano

También estás siendo un ángel humano si el bienestar, el crecimiento y la alegría de todas las personas que te rodean te importan de verdad, y siempre encuentras el modo de apoyarles, de alguna manera.

Si alguien intenta hacerte daño y no buscas vengarte o castigarle, sino que te dedicas a aprender de esa situación, y llenas tu corazón de perdón y aceptación, es muy probable que seas un ángel humano. Al igual que si te mantienes sereno y confiado, aún en los momentos más desafiantes.

Si te relacionas con todas las personas de un modo amable, respetuoso, ligero y divertido, si eres generoso y desprendido, y a tu paso creas armonía, enfocándote en la Unión en lugar de las diferencias, estás acariciando con tus alas de ángel los corazones de quienes te rodean.

Cuando eres un ángel humano, atraes milagros con facilidad. Los milagros son atraídos por el Amor Incondicional, y puedes crearlos y manifestarlos también para los demás.

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Y si de verdad has desarrollado estas cualidades, no te sentirás especial o mejor que los demás.
La simplicidad, la pureza y la falta de ego «espiritual» son la fragrancia inconfundible de un corazón angelical.

©2013- Enriqueta Olivari. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y al sitio: http://www.sanatualma.com

¿Libertad o destino?

Antes de nacer escribimos un guión para nosotros mismos. Elegimos el lugar y el momento de nuestro nacimiento, escogemos a nuestros padres, y todas aquellas experiencias, relaciones y circunstancias que necesitaremos vivir para crecer y evolucionar.
Además establecemos pactos con otras almas: qué tipo de relación tendremos, qué acontecimientos enfrentaremos juntos, y lo que se supone que aprenderemos de todo ello.
Es como si fuéramos el guionista, el director y el actor de nuestra propia vida. Y también somos el espectador…

Esta comprensión a mí me ha ayudado a recordar que no existen las víctimas. Que absolutamente todo lo que he vivido, por más difícil que haya sido, cumplía un propósito, escondía una lección, y que había sido mi propia alma quien lo había elegido.

Afortunadamente en el Universo también existe el libre albedrío. Uno puede cambiar ciertas elecciones, puede negarse a vivir determinadas experiencias, o decidir no cumplir el acuerdo que haya establecido con otra alma. Uno tiene la capacidad de elegir a cada momento… hasta cierto punto. Como todo lo que está anclado en la vida, encierra una paradoja.

La auténtica libertad consiste en elegir el modo con el que enfrentaremos las circunstancias de nuestra vida. Podemos atravesar una dificultad quejándonos, o decidiendo de antemano que extraeremos fortaleza y sabiduría de lo vivido.

Y es como en una escuela: si aprendemos las lecciones, éstas ya no son necesarias. Una vez que aprendemos lo que necesitábamos, las circunstancias cambian, las dificultades se disipan, la realidad se transforma.

A veces vivimos situaciones en las cuales la mano del «destino» es tangible. Sincronicidades, magia, milagros… Y en un lugar profundo dentro nuestro, en el alma, sentimos que todo sigue un plan secreto, y que es perfecto.

Sin embargo, muchas veces las personas que más dificultades nos traen son las que más nos ayudan en nuestro crecimiento. Ya sea porque nos reflejan, como un espejo, aquello que no aceptamos en nosotros mismos, o simplemente porque nos desafían, estas personas en realidad son aliados con los cuales hicimos un trato antes de nacer.
Ésta es la función de quienes parecen ser «enemigos»: ayudarnos a crecer y a que aprendamos a amarles más allá de las apariencias…

© 2011 – “El blog de Enriqueta Olivari”. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y el sitio: http://www.sanatualma.com